viernes, 25 de julio de 2008

Dulcemente Desahuciada


Voy a morir de amor,
un miércoles cualquiera,
bajo la sombra de la melancolía,
enredada en tus silencios
disfrazados de quimeras

Voy a morir sintiendo la lluvia
resbalar por mi espalda,
por mis muslos,
por mi alma adolorida;

me despediré de ti
y del mundo,
de la insensatez de tu boca
y la locura de mi manos frías;

morderé mis labios
para arrancar tus besos de mi alma,
tus caricias del infinito misterio,
de mi cama

y cerraré los ojos
para morir de amor,
dulcemente desahuciada.