Ámote a la mitad de mis silencios
en la ausencia de bocas,
de gritos,
de deseos.
Ámote en un intento desesperado de amarte,
de fundirte en mis locuras,
de arrancarte de mis muslos tostados
y mis labios tiernos.
Ámote a instantes,
a desgarrados minutos
que destrozan las estrellas,
los vientos.
Ámote en mis noches de insomnio,
en mis minutas repetitivas,
en tiempos... tiempos.
Ámote intentando amarte,
olvidarte,
escurrirme...
Ámote
sin más remedio,
que morder mis labios
y seguir soñándote.